lunes, 14 de diciembre de 2015

EDUCACIÓN TEMPRANA

EDUCACIÓN TEMPRANA
Fga. Bettina Bascoy- Prof. Itatí Dichiachio
Lic. Sandra Pereyra-Prof. Cecilia Zanleone

Aprender y jugar en el agua
Desde el nivel de Educación Temprana de nuestra escuela, creamos espacios educativos en niños desde los 45 días hasta los tres años.
Uno de estos espacios que proponemos es que los alumnos junto a sus padres, trabajen en la pileta climatizada de nuestra escuela.
El agua, se sabe, es símbolo materno,  es un instrumento de enriquecimiento básico del niño desde los primeros meses de vida extrauterina.
Los bebés, están perfectamente dotados de una variedad de reflejos que hacen posible el progresivo desarrollo de una conducta adaptada al medio en que se desenvuelvan, en este caso el agua. Limitar las experiencias del primer año a estar en la cuna o en el cochecito de paseo significa reducir el desarrollo psicomotriz del bebé.
En las clases se hace hincapié sobre la  respiración, equilibrio y relajación; entrar y salir del agua, saltos, búsqueda de elementos, ejercitaciones que incluyen manipulación y agarre de diferentes objetos, cambios de posición del cuerpo y cambios en la dirección y sentido.

Beneficios que aporta el trabajo en pileta a los bebés:
  • Los bebés muy inquietos aprenden a relajarse, mientras que los bebés más tranquilos logran incrementar sus acciones gracias a  los estímulos que reciben; es imposible que un bebé no se mueva en el agua.
  • El bebé que aún no camina, encuentra en el agua la posibilidad de moverse, siendo mucho mayor la libertad y continuidad de movimientos. A muy temprana edad comienzan a tener nociones del tiempo y del espacio junto con el desplazamiento.
  • Las habilidades que incorpora el bebé, las traslada a su vida diaria. Como por ejemplo, la coordinación de manos y pies, la buena postura a través del fortalecimiento muscular, buscando la seguridad psicomotriz.


Es un espacio sumamente enriquecedor y alegre entre mamá, papá, bebé y docente.

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