EDUCACIÓN TEMPRANA
Fga. Bettina Bascoy- Prof.
Itatí Dichiachio
Lic. Sandra Pereyra-Prof.
Cecilia Zanleone
Aprender y jugar en el agua
Desde el nivel de Educación Temprana de nuestra escuela, creamos
espacios educativos en niños desde los 45 días hasta los tres años.
Uno de estos espacios que proponemos es que
los alumnos junto a sus padres, trabajen en la pileta climatizada de nuestra
escuela.
El agua, se sabe, es símbolo materno, es un instrumento de enriquecimiento básico
del niño desde los primeros meses de vida extrauterina.
Los bebés, están perfectamente dotados de una variedad de
reflejos que hacen posible el progresivo desarrollo de una conducta adaptada al
medio en que se desenvuelvan, en este caso el agua. Limitar las experiencias
del primer año a estar en la cuna o en el cochecito de paseo significa reducir
el desarrollo psicomotriz del bebé.
En las clases se hace hincapié sobre la respiración, equilibrio y relajación;
entrar y salir del agua, saltos, búsqueda de elementos, ejercitaciones que incluyen manipulación
y agarre de diferentes objetos, cambios de posición del cuerpo y cambios en la
dirección y sentido.
Beneficios que aporta el trabajo en pileta
a los bebés:
- Los bebés muy inquietos aprenden a relajarse,
mientras que los bebés más tranquilos logran incrementar sus acciones
gracias a los estímulos que reciben; es imposible que un bebé no se
mueva en el agua.
- El bebé que aún no camina, encuentra en el agua la
posibilidad de moverse, siendo mucho mayor la libertad y continuidad de
movimientos. A muy temprana edad comienzan a tener nociones del tiempo y
del espacio junto con el desplazamiento.
- Las habilidades que incorpora el
bebé, las traslada a su vida diaria. Como por ejemplo, la coordinación de manos y
pies, la buena postura a través del fortalecimiento muscular, buscando la
seguridad psicomotriz.
Es un espacio sumamente enriquecedor y alegre entre mamá, papá,
bebé y docente.
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